10/03/2015

En busca del Antonov 225 en Malpensa

Por Enrique López R.


Todo empezó cuando nos enteramos que posiblemente podría aterrizar en Malpensa el Antonov 225. Solo pensar en cazarlo nos hizo empezar a planificar un viaje relámpago para poder inmortalizarlo con nuestras cámaras.
Uno de los días previstos y fijado para tal misión fue el dia 3 de marzo. A medida que se acercaba el dia, las noticias parecían desalentadoras ya que se rumoreaba que el gigante podría no estar en esas fechas, cosa que teniendo los billetes ya comprados con casi dos semanas de antelación no nos desanimó en hacer el viaje, ya que por lo menos volaríamos y segundo podríamos ver el trafico que habría en el Aeropuerto de Milán-Malpensa en el que yo personalmente había estado varias veces y el tráfico era muy interesante.
Pero a lo que vamos… llegó el día del viaje sin saber si lo veríamos o no… así que nuestro vuelo salió desde la terminal T2 C de Barcelona el Prat. Seria la primera vez que también accedía a esa terminal como usuario de la compañía EasyJet… la verdad, buena puntualidad y buen servicio. En esa aventura estaríamos 3 compañeros…Marc Burgueros de AeroBarcelona.com,  Quique y yo quien firma este articulo para VDA.


Fue un vuelo tranquilo sin problemas de turbulencias ni nada, hasta que entrando en fase de descenso para aterrizar en Milán, la adrenalina empezaba a subir pensando en que el protagonista del motivo de este viaje no estuviera…
Pero nuestra sorpresa fue MAYUSCULA cuando el avión en el que viajamos aproximando por al la pista 35L y nosotros situado cerca de la zona de cola del avión y en el lado de babor, conseguimos avistar a esa aeronave inconfundible, con sus 6 motores Turbofan Ivchenko ZMKD Progress D-18 con empuje de 229,5 kN cada uno, y con la increíble envergadura con nada mas y nada menos que 88.4 metros… Si desde el avión lo veíamos grande,¿como seria verlo desde tierra y teniéndolo a escasos 43 metros?

El avión nos dejó en la terminal T2 de MXP, y desde allí nos trasladamos para ver al gran «BIG BROTHER«, lo hicimos en los autobuses que unen las terminales T2-T1 y la zona de carga que es la zona que nos interesaba a nosotros.
Ya lo habíamos visto desde el avión pero el reto ahora era fotografiarlo, al bajar del autobús ya se podía ver por encima de algunos edificios de carga su inconfundible cola, así que nuestro ritmo al caminar se iba acelerando, llegando a una zona en la que no había edificaciones y que cuando conseguimos verlo…ya sacamos nuestras cámaras mínimo para inmortalizarlo. Pero nosotros queríamos más, queríamos verlo más de cerca y ya cuando lo tuvimos a pocos metros volvimos a fotografiarlo y no parar de admirarlo.


Lo más cerca que llegamos a estar de el fueron 43 metros, si señoras y señores habéis leído bien 43 metros. Y la suerte que tuvimos es que era una única valla,  son lo que pudimos hacer todas las fotos que quisimos… sabeis eso de 4 ojos ven mas que 2…pues imaginaros 6 ojos y tres cámaras.


3 maneras distintas de ver a este gigante. Incluida la policía se nos acercó sin ánimo de echarnos y solo con la intención de hablar con nostros sobre semejante avión. En la zona que estaba el avión era el parking 859, aquello al principio para sacar el avión «limpio» (me refiero sin personas y sin ningún obstáculo) costo un poco hacerlo, ya que era un ir y venir de personal del aeropuerto que querían hacer lo mismo que nosotros, pero ellos con mas suerte por que estaban dentro y podían pasearse por debajo de sus alas y llegar a tocarlo…. enviada sana la verdad.
Al estar cerca la altura del avión era de 18,1 metros asi que imaginad que pequeño se puede sentir uno. Y ya si te dejan pasear por encima de su superficie alar de unos 905 metros cuadrados, más pequeño te puedes llegar a sentir.


Para infórmarme un poco más sobre este «pequeñin» os dire que con carga máxima necesita una carrera de despegue de 3.500, un techo de servicio de 11.000 metros, velocidad máxima operativa de 850 km/h y una velocidad de crucero de 800 km/h. Este avión y su diseño fue concebido para transportar el transbordador Buran y otros grandes componentes del programa espacial soviético.
Y ahora lo teníamos delante nuestro… hipnotizándonos, admirándolo y pensando que somo unos privilegiados al tenerlo delante nuestro y disfrutar de el. Personalmente las ideas de como fotografiarlo a mi se me disparaban en la cabeza, pero estábamos limitados por una valla que nos impidió ese sueño… Espero que las fotos os gusten, que al menos este articulo os sirva para cerrar los ojos y penseis que habéis estado allí con nosotros.

Autor del texto: Rubén Cabrera