19/10/2018

Un nuevo aeropuerto para Madrid…la polémica esta servida

Por Enrique López R.

Hola Aerotrastornados!!!

Hoy os traemos un artículo de opinión de nuestro compañero Raúl, estamos seguros que os gustará.

Estos días se habla mucho del nuevo proyecto del aeropuerto de Casarrubios. Este proyecto contaría con una inversión cercana a los 150 millones de euros y sería para desviar el tráfico carguero y low cost desde Barajas. La ubicación, a 60km del centro de Madrid, tendría como acceso principal la A5 y contaría con la ampliación de la pista, la construcción de una terminal y una torre de control.

Pero, ¿es viable? ¿Es necesario?
Para empezar, este proyecto ni siquiera es nuevo. Allá por 2007 , el Gobierno Autonómico anunciaba la creación de un macroplan para construir, no uno, ¡sino dos! aeropuertos más para Madrid. Uno estaría ubicado en Campo Real que ya de por sí creaba in problema inmediato y aparentemente obvio: estaba en la senda de aproximación de Barajas.
El segundo sería conocido como «El Aeropuerto del Sur» o «El Álamo». Del primero poco más se habló y cayó en el olvido, pero del segundo se hablaría incluso un año más tarde.
Y es que aquel aeropuerto de El Álamo era el aeropuerto de Casarrubios del Monte, de capital privado. En un primer momento se quería expropiar para construir otro encima. Después, se quería cerrar para construir uno al lado. El spoiler sabido por todos es que no pasó nada; bueno, si pasó: la propaganda siguió y se dieron algunos pasos como la creación de una S.A. denominada Aeropuertos de Madrid que sería la encargada de estudiar los planes y más tarde administrar los aeropuertos.

Todos estos despropósitos se apagaron definitivamente en 2011, cuando se abandonó el proyecto por razones político-económicas. El sentido común seguía sin aparecer.
Cuando ya todo el mundo se había olvidado de la locura de hacer otros dos aeropuertos, en 2013, el por aquel entonces presidente de la Comunidad de Madrid rescataba el proyecto inicial plagado de sospechas de corrupción y otros delitos, cambiándolo un poco: se abandonaba el proyecto de Campo Real y se querían invertir 230 millones en hacer dos pistas en el aeropuerto de El Álamo – Navalcarnero. Esta vez se hablaba de acoger vuelos privados y de escuelas y así, de paso, cerrar definitivamente el aeropuerto de Cuatro Vientos. En parte esto último se debía a
las eternas quejas de los vecinos de la Avenida de la Aviación que llevan años reclamando del cierre del aeródromo puesto que en sus casas, construidas para la gente de la base en los años 60-70-80 (si, como lo leéis) había mucho ruido…

Tras volver a la especulación, los proyectos, protestas y manifestaciones en contra y a favor, se volvió a abandonar el proyecto salpicado, una vez más por corrupción. Hubo un breve momento de lucidez en el que se decidió que no era necesario y mucho menos, prioritario.

Ahora, y una vez puestos en antecedentes, veamos que es lo que quieren hacer esta vez y es que parece que este será el proyecto más austero.
Para empezar, pongamos los números por delante:
el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, es el actual aeropuerto para operaciones civiles de linea y cargueras, chárter y vuelos privados por excelencia de la Comunidad de Madrid.
El aeropuerto acogió a un total de más de 53 millones de pasajeros en 2017, eso se traduce a más de 145.000 personas al día. Eso son cifras previas a la crisis y es que en 2007 acogió a 52 millones de pasajeros. Es decir, el aeropuerto opera ahora como hace 10 años. Y sí, es cierto que se abren muchas rutas y se aumentan frecuencias,  el aeropuerto puede acoger aún más.

El aeropuerto cuenta ahora con 4 terminales y una en satélite. Las terminales 1, 2 y 3 son las más antiguas y ahí están las aerolíneas del grupo Skyteam y StarAlliance, mientras que la T4 y T4S son mayoritariamente territorio One World.
Desde este aeropuerto se sirven 400 rutas a 75 países con más de 80 aerolíneas regulares diferentes, dispone de 121 fingers y 340 posiciones de parking, 228 puertas de embarque, 47 cintas de equipajes, 396 mesas de check-in, más de 25000 plazas de aparcamiento, 8 salas VIP y casi 40.000 metros cuadrados de restauración y comercio.
Dicho todo esto, la capacidad máxima del aeropuerto es de, entre 70 y 72 millones de pasajeros al año. Es decir, el aeropuerto opera al 75% (aprox) de su capacidad.

¿Qué se quiere hacer en el «nuevo» aeropuerto?
Sencillo: ampliar la pista para poder acoger vuelos low cost y carga. ¿Pero es esto necesario? Actualmente los vuelos low cost representan el 23% de los pasajeros que pasan por Barajas, es decir, 13 millones de personas, aproximadamente. Si este aeropuerto se llevara a cabo y, todas estas líneas se trasladaran al nuevo aeropuerto, el aeropuerto de Barajas se quedaría sólo con 40 millones de pasajeros, operaría al 57% de su capacidad o, lo que es lo mismo, casi la mitad de su infraestructura estaría desaprovechada.
En opinión de este redactor, este segundo aeropuerto no sólo no es necesario, si no que es un despropósito. Las infraestructuras, mal diseñadas desde un principio empezando por las pistas dado que, por su ubicación sólo se pueden usar 2 posiciones en cada pista.

Vamos a explicar esto:
Actualmente por la pista 32L/14R solo hay dos tipos de movimientos permitidos y estos son los despegues
por la 14R y los aterrizajes por la 32L, dependiendo de la configuración. Pero no se permiten los despegues
por la 32L ni los aterrizajes por la 14R. Lo mismo pasa con las otras 3 pistas. Con esto, queremos decir que las superficies de vuelo sólo se aprovechan al 50% de su potencial.
Las otras parte mal aprovechadas son sin duda las terminales. Las antiguas terminales 1, 2 y 3 están
frecuentemente colapsadas por el tráfico rodado. Los accesos son escasos e insuficientes para el volumen
de gente que acude al aeropuerto. En vísperas festivas, cuando la demanda del tráfico aéreo es mayor,
hasta las torres de parking de la T4 son insuficientes.
Bien es cierto que AENA ha acometido recientemente reformas de rehabilitación en las terminales más
antiguas para contentar, sobre todo, a las aerolíneas que allí operan. Pero, aunque ha quedado muy bonito,
no es más que un ligero lavado de cara, nada más.
La infraestructura es igual de pobre que siempre y no parece haber señales de que eso vaya a mejorar
y es que, recordemos que estas terminales datan de los años 60-70.
En mi opinión, esos 160 millones de euros que se prevén para el nuevo aeropuerto se puede destinar a muchas cosas: desde mejorar los accesos, renovar (pero de verdad) las terminales o invertirlos en seguridad como más equipamientos de controladores aéreos.
Y, aunque parezca una locura, alguna vez se habló de una posible terminal 5 que podría estar más allá de la
T4. Pero eso ya es harina de otro costal…