Hola, Aerotrastornados

Esta aventura empieza una tarde de domingo, a las 14h, cuando anuncian el embarque al ATR EC-LSQ de Air Nostrum, destino al pequeño aeropuerto de La Seu d’Urgell, situado en los Pirineos y nuevo destino para nosotros.

Flight Radar

LA IDA

Con más de media ocupación y puntual, nuestro vuelo despegó de Madrid Barajas, por la pista 36R. 

El ATR es un avión regional magnífico, que pese a ser un avión de hélices, no es mucho más ruidoso que los demás aviones. 
Hacía tiempo que no volábamos en ATR, desde nuestra experiencia a bordo de Binter Canarias y lo echábamos de menos. 

Con total comodidad y tranquilidad, ya que este invierno está siendo muy seco y apenas frío en España, el vuelo llegó al descenso y ahí empezó el espectáculo visual que es la aproximación al aeropuerto de La Seu. Primero, pudimos ver a lo lejos, la silueta de la montaña de Montserrat, siempre espectacular de ver desde un avión. Y desde ese momento, hasta tocar tierra, la aproximación transcurre entre montañas que cada vez se ven más cerca, hasta llegar a la pista de aterrizaje, que aparece por sorpresa y donde el avión toma tierra apenas unos metros después. 

Para quienes hayan ido a Andorra en coche y se hayan fijado, unos kilómetros antes de llegar a La Seu, hay una impresionante presa que da paso a un gran pantano, pues desde el avión, volando en el lado derecho, el pantano y la presa se ven más espectaculares todavía. 

Pantano y presa de Oliana

El “Aeropuerto” de La Seu 

Lo hemos entrecomillado, porqué la zona de llegadas y salidas, se compone de un edificio con torre de control, donde el mostrador de facturación está al lado de un bar abierto a todos los públicos. Cualquiera que quiera ir a tomar algo y ver la plataforma del aeropuerto, lo puede hacer libremente y acceder a la terraza del aeropuerto. 

Había familias con niños que estaban ahí para ver llegar y salir nuestro ATR, algo que nos encantó, claro. 

Llegó el momento del embarque y la verdad que fue algo caótico. Demasiada gente con maletas en un espacio insuficiente y eso que el avión de vuelta no iba lleno.

Otra cosa qué queremos remarcar del aeropuerto de La Seu, es que no ha llegado ahí el lector de código QR. Al llegar a la Puerta de embarque, la única que hay, claro, tras el control y al enseñar la tarjeta de embarque digital, nos miraron raro y nos dijeron que eso no valía, que necesitábamos la tarjeta de embarque física de toda la vida. Total, que avisaron por walkie-talkie a facturación, con nuestros datos y nos entregaron una tarjeta de embarque física, con la que sí pudimos acceder al avión. Problemas del primer mundo… 

Embarcando a pie
Accedimos al avión con el sol poniéndose tras las montañas y tomamos unas fotografías para el recuerdo. 

LA VUELTA

De la vuelta queremos destacar la amabilidad de la tripulación, que por algún motivo que desconocemos, nos pidieron cambiarnos al final del avión, que en el caso del ATR es la sección de business. 

Tras el despegue y ya en crucero, nos ofrecieron gratuitamente el tentempié del servicio a bordo incluido en business, agradeciéndonos el habernos cambiado de asiento. 

Muchísimas gracias a la tripulación del vuelo IB8327, que nos cuidó y nos atendió de lujo. 

CONCLUSIÓN 

Para los que amamos la aviación, es un vuelo que gusta, por el avión, por el curioso aeropuerto de La Seu y sobretodo, como ya hemos dicho, por la espectacular aproximación entre montañas. 

Para ir a pasar un fin de semana a Andorra desde Madrid, teniendo en cuenta que los vuelos son los Viernes y domingos, es una interesante opción. 

Hemos leído que los que van a Andorra a esquiar, les gustaría que el vuelo de vuelta fuese algo más tarde, ya que a las 17:00h, teniendo en cuenta que la conexión con bus desde Andorra al aeropuerto puede durar algo más de una hora, es temprana. Pero si se va a Andorra únicamente por ocio y turismo, el horario es bueno, ya que sobre las 18:30h estás de vuelta en Madrid. 

Palabra de Vadeaviones.