30/11/2022

La wake turbulence o turbulencia de estela

Por Pedro Carvalho

Hola, Aerotrastornados!!!

Una semana más, nuestro amigo Pedro Carvalho, nos amplía conocimientos. En esta ocasión, y continuando con su artículo anterior sobre turbulencias, va más allá hablando sobre un tipo concreto, la wake turbulence, ¿ qué es y como se produce ?. Esperamos que os guste tanto como a nosotros.

La semana pasada os hablé de los distintos tipos de turbulencia existentes, atendiendo tanto a su
intensidad como a su origen. Os conté, además, que, en la inmensa mayoría de los casos, no son en absoluto peligrosas y que, si bien los pilotos tratan en la medida de lo posible de evitarlas por el confort de los pasajeros, ninguna de ellas va a ser capaz de derribar el avión.
Sin embargo, también os hablé de la existencia de un tipo de turbulencia concreta muy diferente a las naturales. Se trata de una de origen artificial denominada wake turbulence o «turbulencia de estela» y ésta sí puede ser peligrosa si los pilotos no toman las precauciones oportunas.

El 12 de noviembre de 2001, el vuelo 587 de American Airlines, un Airbus A300 que cubría la ruta Nueva York-Santo Domingo, se estrelló en el área de Queens a un minuto de despegar del aeropuerto JFK, matando a sus 260 ocupantes y a 5 personas más en tierra, siendo el segundo peor accidente aéreo de la historia de Estados Unidos, sólo superado por el vuelo 191 de la misma aerolínea en donde murieron 273
personas.

La proximidad a los atentados terroristas del 11 de septiembre, hicieron pensar en un primer momento en la posibilidad de un nuevo atentado como el origen de la catástrofe, pero la investigación posterior demostró que, si bien no fue la única causa, uno de los factores que contribuyeron a la tragedia del vuelo 587 fue su entrada accidental en una turbulencia de estela.

Pero, ¡espera!, pensaréis vosotros. ¿No te has cansado de repetir que las turbulencias no son peligrosas? ¿No dices que una turbulencia jamás va a derribar un avión comercial?
Así es. Las turbulencias con las que nos encontramos habitualmente en vuelo no son capaces de derribar un avión comercial. Tanto es así que en los últimos 50 años no se ha registrado ningún caso, pero las wake turbulence no son turbulencias originadas por fenómenos naturales, sino que están provocadas por los propios aviones.

¿Por qué vuelan los aviones?

Para entender el concepto de turbulencia de estela y cómo se produce, tenemos primero que entender por qué vuela un avión.

Hasta principios del siglo XVIII, se consideraba que era imposible que una máquina más pesada que el aire pudiese volar. Sin embargo, en 1738, el matemático, físico y médico suizo, Daniel Bernoulli, enunció el principio que lleva su nombre y que nos dice, grosso modo, que cualquier fluido (líquido o gas) que aumente su velocidad de movimiento, también verá disminuida su presión.
Aprovechando esto, podemos «jugar» en nuestro provecho con las cuatro fuerzas que actúan sobre una aeronave cuando está en el aire: sustentación, empuje, peso y resistencia. La forma de las alas, en las que la parte superior está más curvada que la inferior, hace que el aire que circula por encima de ella tenga más superficie, lo que consigue que viaje a más velocidad que el aire de la parte inferior y eso crea una
diferencia de presión. Como hemos visto, por el principio de Bernoulli, la menor presión de la parte superior del ala ejerce una fuerza bajo ella que la impulsa hacia arriba. Pues bien, los aviones son capaces de volar gracias a este principio.

Ahora bien, ¿qué tiene todo esto que ver con la turbulencia de estela? Tenemos que recordar que el aire no es más que un fluido y que cuando un avión, independientemente de su tamaño, se desplaza en vuelo, «rompe» la estabilidad de las partículas de aire en la atmósfera debido a la diferencia de presiones generadas por el intrado y extrado de la superficie alar. Ello genera dos estelas, una por cada ala, que
son bastante parecidas a tornados horizontales y cuya intensidad depende del tamaño del aparato.
La intensidad de la estela dejada por un avión pequeño o mediano va a ser pequeña y, en consecuencia, no va a resultar problemática para otra aeronave que entre en ella (más allá de algunas sacudidas), pero si hablamos de un avión muy pesado como un Boeing 747 o un Airbus A380 la cosa cambia.

Para reducir este peligro, las aeronaves pequeñas y medianas deben mantener una separación de seguridad con respecto a los grandes aviones que las preceden. Para determinar la separación necesaria que contrarreste este tipo de turbulencia se tienen en cuenta varios factores como el peso, la velocidad, la forma y la envergadura de una aeronave, así como la velocidad a la que la estela desciende o se disipa.

Tanto los pilotos como Control de Tráfico Aéreo son plenamente conscientes de todo esto, por lo que gestionan siempre una separación segura entre aeronaves a fin de evitar accidentes. Asimismo, en la maniobra de despegue, si una aeronave pesada ha despegado antes que nosotros, deberemos esperar unos minutos a que se disipe la turbulencia de estela que ésta ha creado.
Al final, como vemos, en aviación hay procedimientos para todo y si se cumplen convenientemente, evitaremos un fenómeno que, como hemos visto, en algunas ocasiones sí puede entrañar un cierto peligro.


La foto de portada la podéis encontrar en la siguiente galería de Flickr.